En los últimos meses, debido a la pandemia por el COVID-19, una gran mayoría de los trabajadores dedicados a tareas no esenciales han estado confinados en sus domicilios.
Una parte de ellos han podido realizar trabajo en remoto, pero otros tanto no han tenido esa posibilidad por el tipo de actividad que realizaban habitualmente. Tanto unos como otros están retomando progresivamente su incorporación a sus centros de trabajo. Muchas empresas han tenido, y tienen, dudas de cómo adaptar sus espacios y dinámicas a la nueva situación y en la cual se debe prestar especial atención a aquellos trabajadores que se encuentren en situación de riesgo.
Aunque con variaciones y excepciones a lo largo del confinamiento y la desescalada, hay una consigna que se ha repetido de forma reiterada en todos los medios de comunicación, dirigido a toda la población, por parte de las autoridades sanitarias: mantener la distancia física interpersonal de metro y medio, utilizar la mascarilla tapando boca y nariz y la limpieza frecuente de manos.
Las Administraciones locales, provinciales, autonómicas y central, han emitido comunicados para preservar la salud pública en general y en el ámbito de trabajo en particular. En este último, hay medidas específicas que se aconsejan llevar a cabo para evitar la propagación del virus.
La empresa debe facilitar la incorporación al ámbito laboral de forma segura a todos los trabajadores. Algunas de estas medidas tienen que llevarse a cabo con anterioridad a esa incorporación. A modo de protocolo de actuación, hay que facilitar a todos los trabajadores un documento con las instrucciones generales y específicas de su empresa en materia de prevención sanitaria (cuáles y cómo se van a aplicar); cómo proceder en caso de tener síntomas compatibles con el coronavirus y cómo actuar si se produce un caso.
Medidas específicas para la vuelta al trabajo
El primer compromiso es del propio trabajador que debe abstenerse de acudir al trabajo si tiene síntomas compatibles con el SARS-cov-2 tales como fiebre, tos seca o dificultad respiratoria. En ese caso, hay que avisar telefónicamente al centro de salud y seguir las instrucciones que, en cada momento y localidad, estén establecidas como prevención.
Relacionado con esta vuelta al trabajo, los organismos oficiales aconsejan utilizar la mascarilla en el puesto de trabajo hasta 14 días después de haberse incorporado toda la plantilla, incluso aunque pueda mantenerse la distancia de seguridad. Facilitar equipos de trabajo individuales o, en caso de compartirlos, con limpieza entre usos.
La opción preferente es optar por el teletrabajo siempre que la actividad lo permita. Si no es posible y hay turnos, hacer que los mismos trabajadores coincidan habitualmente para tener controlados los posibles contagios y sus contactos.
Restringir el uso de zonas comunes como vestuarios, comedores y áreas de descanso o establecer turnos con limpieza exhaustiva entre ellos.
Sustituir las reuniones presenciales por videoconferencia y, si no es posible, mantener la distancia de metro y medio entre los participantes observando el resto de las medidas de prevención. Quizá uno de los hábitos que más está costando cambiar es el de evitar los saludos con contacto físico como el apretón de manos, el abrazo o los besos.
Se debe intentar que la entrada y la salida diaria de empleados se haga de forma escalonada para evitar aglomeraciones en los accesos. Siempre que el espacio lo permita, marcar pasillos de ida y de vuelta separados para transitar dentro del centro de trabajo.
Es obligación de la empresa proveer de jabón o geles desinfectantes y toallas desechables. Deberá extremarse la limpieza de aquellas herramientas y objetos de mayor uso tales como ordenadores o pomos de las puertas y ventanas. Esto mismo es aplicable a los espacios físicos como ascensores, maquinaria pesada y vehículos compartidos.
Reducir el contacto con personas ajenas a los trabajadores, como clientes y proveedores, y cuando se realicen que sea extremando las medidas de seguridad (distancia física, uso de geles desinfectantes, separadores de metacrilato u otros materiales transparentes, etc.)
Ventilación como mínimo una vez al día y, al menos, durante 5 minutos en cada ocasión. En este aspecto, es importante el mantenimiento y limpieza del sistema de ventilación, refrigeración y/o calefacción.
Además de estas precauciones, hay que estar atentos y cuidar la salud emocional de los empleados que puede verse afectada por la tensión relacionada con el virus y la incertidumbre que produce tanto dentro como fuera del trabajo.
Aun estableciendo todas estas medidas pueden producirse contagios por falta de cuidado o relajación, por lo que es importante realizar seguimientos y un llamamiento frecuente a la responsabilidad individual para, entre todos, acabar con la pandemia.