Escrito por: Inmaculada Pons

Desde que se decretó el estado de alarma el pasado 13 de marzo de 2020, las empresas están viviendo una situación inédita hasta el momento. Los departamentos de gestión de personas también han tenido que adaptarse al contexto actual. Cambios organizativos que para muchas empresas eran impensables como la conciliación, el teletrabajo y las reuniones virtuales, han tenido que establecerse de manera inmediata. En este sentido, el rol del departamento de Recursos Humanos es fundamental para gestionar adecuadamente el cambio ante una situación de crisis como la generada por el COVID-19.

En momentos como estos, en los que se vive con mucha preocupación e incertidumbre, sobre todo en el ámbito laboral, los líderes de recursos humanos tienen que servir de guía para los equipos, mantener una comunicación fluida e informarles de la situación, así como resolver sus dudas y disminuir sus preocupaciones para que no afecten en el desempeño laboral. Se debe trabajar para garantizar la salud física y psicológica del personal, puesto que son el activo más valioso de una organización y sin ellos, el cambio y la supervivencia ante la crisis no sería posible.

Mientras vemos cómo muchas empresas se encuentran en quiebra o luchan por mantenerse, otras han sabido buscar sus fortalezas, reorganizarse y adaptarse para salir reforzadas de esta situación.

Pero ¿qué es lo que hace que unas empresas superen la crisis y otras no? ¿cómo pueden sobrevivir las empresas al COVID-19? Según Salanova (2020) la clave reside en la resiliencia organizacional, entendida como la capacidad para sobreponerse y seguir funcionando bien ante situaciones adversas, como la generada por el COVID-19. Asimismo, describe una serie de recursos de resiliencia que podrían contribuir a la supervivencia, adaptación o crecimiento de las empresas tras la pandemia:

  • Recursos psicológicos positivos: capacidades y fortalezas de las personas que conforman la organización, como emociones positivas, optimismo, flexibilidad, creencias de eficacia, etc., que servirán para hacer frente a situaciones de estrés.
  • Relaciones sociales positivas: fomentar relaciones interpersonales positivas entre el personal de la organización como fortaleza no solo a nivel personal y profesional de los empleados y las empleadas, sino también como fortaleza a nivel organizacional.
  • Prácticas organizacionales saludables: promover el trabajo en equipo, que se mantenga una comunicación positiva, que los líderes ejerzan un tipo de liderazgo transformacional y positivo capaz de inspirar a los equipos y transmitirles valor en momentos difíciles, etc.

Todos estos aspectos pueden ser de utilidad para reponerse tras la crisis ocasionada por el COVID-19. No obstante, se ha demostrado que aquellas organizaciones, que ya venían trabajando en todos estos recursos antes de la pandemia, se han anticipado y adaptado de manera más rápida y eficaz que aquellas que han tenido que utilizar los recursos de manera reactiva.

Referencias: Salanova, M. (2020). How to survive COVID-19? International Journal of Social Psychology, 35(3), 670-676.[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]